Cultura

LA ENTREVISTA

José María Huerva Mateo: “El problema que tiene la Iglesia es que hay esclerosis de fe”

El sacerdote publica la novela Diálogos entre corazones inquietos, ambientada en Fraga

José María Huerva Mateo.
José María Huerva Mateo.
Á. H.

La búsqueda de la inteligencia de la fe es tema de contenido de la novela Diálogos entre corazones inquietos, escrita por el sacerdote diocesano José María Huerva Mateo (Alcolea de Cinca, 1949), deán de la catedral de Barbastro y arcipreste del Bajo Cinca. 

Se define como “sacerdote, nada más que sacerdote de la Diócesis de Barbastro-Monzón”. La presentación de la novela fue el pasado 18 de junio en Fraga con buena respuesta del público.

En opinión del autor, “no podemos hablar de Dios solo de oídas porque damos lo que llevamos dentro. Si somos conscientes de esta realidad, la palabra que sale de nuestros labios no sólo instruye, sino que comunica al mismo Dios que nos habita y nos salva”.

Huerva ha escrito esta novela, tercera obra en su trayectoria, porque “en la Iglesia hacía falta una reanimación de la fe, de buscar la inquietud para crecer en la maravillosa aventura de ser discípulos”.

En este aspecto, “la novela comienza hablando del tiempo, para que sepamos distinguir entre el tiempo cronológico -que pasa y nos envejece- del tiempo pleno, que nos hace vivir. El tiempo pleno que es la irrupción de la eternidad en este mundo se vive por medio de la gratuidad en nuestras relaciones personales y por medio de la creatividad en nuestras tareas y termina con los diálogos sobre el cielo”.

En la misma línea indica que “los protagonistas de la novela son corazones inquietos que buscan con toda intensidad la inteligencia de la fe, por eso acaban todos encontrando la vocación que les hace felices en el mosaico de la Providencia de Dios”. 

Además, “hay una sorpresa muy significativa que pone de manifiesto la parábola del domingo pasado. Una persona que llevaba una mala vida se convierte por la coherencia, la convicción y el testimonio de uno de los personajes”.

El autor está “plenamente convencido que tarde o temprano, en nuestra sociedad occidental que posee todo menos felicidad, aflorará el hambre de Dios. Me pregunto si ¿los cristianos estamos preparados para indicar dónde dan de comer?”. 

Huerva la define como “una novela hecha a base de diálogos con algunas referencias que, tal vez, haya que leer dos veces, en conjunto se lee bien”.

En total lo cuenta todo en 240 páginas que ha escrito en dos meses. “Los inicios datan desde el año 2022 y prácticamente no he dormido porque me corría prisa si la comparo con otras obras que he comenzado. La novela transcurre en Fraga y retrata calles locales y paisajes local y de la comarca”.

Sobre la posibilidad de que llegue bien a los lectores, cree que sí. “El problema que tenemos en la Iglesia es que hay esclerosis de fe. La gente no tiene inquietud por aprender en el permanente conocimiento de Dios”. 

En este sentido, no entiende que “el discipulado y seguimiento de Jesús es algo que no tiene fin, por eso la vida puede ser maravillosa si entra en la dinámica de la inquietud. Mi padre decía que quien busca, troba”.